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Esa y otras investigaciones similares terminaron en un libro
Esa y otras investigaciones similares terminaron en un libro que publicaron los investigadores titulado Myth and Measurement: The New Economics of the Minimum Wage. En el libro concluyen que los “recientes incrementos en el salario mínimo [en Estados Unidos] no han tenido efectos negativos en el empleo como es predicho en el modelo económico tradicional” (Card y Krueger 1995, p. 1). En mi opinión, las investigaciones de David Card y Alan Krueger son un claro parteaguas XMU-MP-1 la ciencia económica en términos de métodos estadísticos y teoría económica que probablemente los haga acreedores al Premio Nobel en un futuro cercano. Sin embargo, en su momento los resultados del libro fueron (y siguen siendo) controversiales. El trabajo de Card y Krueger no está libre de posibles críticas. Entre ellas que la economía de las ciudades en Pensilvania es diferente a la de Nueva Jersey y por tanto, sujeta a diferentes choques económicos, o bien que el resultado es una anomalía posible y no una regularidad bajo cualquier circunstancia.
El empleo se reduciría significativamente en aquellas empresas que sufren el incremento del salario mínimo
Utilizando un método estadístico similar al de Card y Krueger, los investigadores Arindrajit Dube, William Lester y Michael Reich (2010) analizan la experiencia más reciente con el salario mínimo en Estados Unidos. Ellos analizan todos los incrementos en el salario mínimo en Estados Unidos entre 1990 y 2006 para parejas de condados (counties) vecinos en dos estados. Como Card y Krueger (1994), el grupo de comparación es la ciudad cercana que no recibió el incremento en el salario mínimo. La teoría simple tradicional nos diría que el empleo se reduciría significativamente en aquellas empresas que sufren el incremento del salario mínimo.
El interés sobre el impacto del salario mínimo no es un tema que se limite a Estados Unidos. En otros países, diferentes gobiernos han decidido aumentar el nivel del salario mínimo. En el Reino Unido el salario mínimo se incrementó casi 15% de 1999 a secondary cell wall 2001 y no se encontraron impactos negativos en empleo (Stewart, 2003). Recientes análisis tampoco han encontrado un impacto negativo (Manning, 2012). En Brasil, tampoco se ha observado un efecto negativo en el empleo debido al incremento en el salario mínimo (Lemos, 2009). En ese estudio tampoco se observan grandes movimientos entre los sectores formal e informal. La evidencia internacional es tan contundente que el semanario The Economist recientemente modificó su postura sobre el salario mínimo diciendo que “Un salario mínimo, provisto que no sea muy alto, podría mejorar los salarios sin efectos negativos en el empleo” ().
¿Por qué el salario mínimo no tiene efectos en empleo?
Si el mercado laboral no se comporta competitivamente, y en particular si las empresas tienen poder de mercado entonces un incremento en el salario mínimo tiene un impacto positivo en el empleo
Si el mercado laboral no se comporta competitivamente, y en particular si las empresas (la demanda de trabajo) tienen poder de mercado entonces un incremento en el salario mínimo tiene un impacto positivo en el empleo. La racionalidad es simple. Si la empresa tiene poder de mercado, la empresa puede decidir el nivel de salario que le conviene, y éste será más bajo que el de un mercado competitivo. Un salario mínimo por encima de ese nivel (pero menor que el competitivo) obliga a la empresa a contratar más personal para seguir maximizando ganancias. A la empresa le convendría reducir el salario que paga a todos sus trabajadores, pero no puede, por lo que le conviene aumentar su número de trabajadores empleados. Esta visión del mercado laboral propuesta como posibilidad a trabajadores del salario mínimo por Card y Krueger ha tenido diversas críticas en la literatura (Henderson, 2013).
Si bien un margen de acción para la empresa al enfrentarse a un mayor salario mínimo podría ser reducir su empleo, existen otros márgenes que puede utilizar